Como os sentís cuando estáis haciendo un truco a alguien otra persona pasa por un angulo por el que se ve el truco y se pone a gritarlo?
Vamos a diferenciar una cosa, que me ha pasado, que te pillen un truco por tu propia mala técnica o que el aún no haya visto el truco y te pida tocarte cosas o mirar cosas que no debe. Eso es un problema porque la diferencia es abismal, pero para el espectador es lo mismo y tienen el mismo aire de superioridad, a mí la primera no me fastidia tanto porque es culpa mía pero la segunda me corroe por dentro y me arde, porque no es culpa del mago cuando el espectador es mirón y te toca lo que no debe (no mal pensar). A esa gente lo que dice el mago Italo, a esa gente hay que ponerla en su sitio porque para ellos la magia es pillar el truco y eso es una grave equivocación.
Sentimiento: tristeza, frustración e incluso impotencia.
La atmósfera mágica se esfuma ipso facto.
Posibles salidas:
1. El humor como escudo y espada
- “¡Felicidades, ha ganado una beca para el curso Cómo arruinar un momento mágico en 3 segundos! Lo imparte mi suegra.”
- “¡Muy bien, Sherlock! Pero tranquilo, ahora viene la parte en la que te equivocas…” (Y haces un cambio final inesperado).
- “Y así es como NO se comporta un adulto. Ahora, volvamos a la magia.”
Ventaja: Ríes, desactivas la tensión y sigues con el control del ritmo.
2. Redirección elegante
- Haz una pausa, míralo con complicidad y di:
“Es curioso, lo que uno cree haber visto… y lo que realmente ocurrió.”
(Y continúas con un clímax alternativo que refuerza el misterio). - Saca una carta o objeto que el espectador no esperaba y añade:
“Pero entonces, si eso era lo que tú pensabas… ¿qué hace esto aquí?”
3. Convertirlo en parte del guion
- Hazle protagonista:
“¡Bravo! Este efecto estaba diseñado para detectar magos ocultos entre el público. Tú has superado la prueba. Ahora… ¿qué harías tú si tuvieras que terminar este efecto? Vamos a intentarlo juntos.” - O: “¡Exacto! Y ahora que ya conocéis el método, voy a hacerlo otra vez… pero sin usarlo.” (Y haces un segundo efecto usando otra técnica o una versión “hands-off”).
4. Cierre inesperado
- Ten preparado un “efecto de rescate”. Por ejemplo, que la carta supuestamente revelada reaparezca firmada dentro de tu cartera o en otro lugar imposible.
“Pero lo que no sabías es que eso… solo era el ensayo. El verdadero milagro empieza ahora.”
5. Reencuadre emocional
- Si eliges la calma, puedes decir:
“A veces vemos lo que creemos entender, pero eso no nos roba la emoción. Porque la magia no es sólo el truco, es la historia que nos cuenta. ¿Queréis seguir escuchando?”
Hola
depende… cuándo un alumno no avanza en el aprendizaje, ¿es culpa del alumno o del maestro?.. depende. Puede que sea del alumno, que se esfuerza poco; puede que sea del maestro, que no es capaz de llegar al alumno; y puede que de los dos.
pues con este tipo de espectadores, creo que pasa lo mismo: si es alguien que de pronto se pone en un ángulo donde no debería ponerse y te descubre… bueno, pueden pasar 2 cosas, que te delate o que se quede callado respetuosamente. En cualquier caso es culpa del mago, porque mantener el control de la audiencia implica también cuidar que nadie se ponga donde no tiene que ponerse; o puede ser también por hacer una técnica determinada en el momento equivocado (mala misdirection), y en este caso también es culpa del mago.
Ahora, si estás en la calle con un grupo y de pronto pasa una persona ajena al grupo con el que estás, y de pronto antes que lo veas, empieza a delatarte, bueno, ahí ya no es culpa del mago. Para esos casos @elayudante ya ha dado un montón de salidas buenas