Cuando te atreves a hacer magia a otra persona siempre están es lo nervios de que todo salga bien.
Ensayamos y practicamos mucho para que nada falle.
Aún así, ningún mago escapa al error, siempre aparecerá en algún momento pero… ¿es siempre negativo que las cosas salgan mal?
Ahora verás que no.
Un poco de error puede ser algo muy beneficioso para que tu magia impacte mucho más en los espectadores.
En el caso de los mentalistas, dicen los entendidos que solo tienen que acertar en el 85 por ciento.
De otro modo, al ser demasiado bueno, parecería un truco.
Es decir, pueden fallar el 15% de las veces y no pasaría nada.
Al contrario, conseguirían mejores reacciones.
Eugene Burger, en su libro Audience Involvement (1983), nos dice que «El error es un elemento muy necesario en el mentalismo. Sin error se ve que uno está obvia y simplemente haciendo trucos de magia.»
Como los malabaristas y acróbatas del circo, si fallan una o dos veces parecen más buenos. Al aumentar la sensación de riesgo y dificultad, el acierto se percibe como algo más valioso.
En la magia tradicional, puedes fingir que fallas al principio pero al final el mago siempre adivinará la carta.
No es el caso del mentalismo.
Las habilidades psicológicas y telequinéticas del mentalistas deberían ser inexactas, propensas al error. Introducir algún tropiezo ocasional hace que la actuación parezca más creíble.
El poder del mentalismo está en ese 15 por ciento.
Bibliografía:
- Engañar a Houdini: Magos, mentalistas, ilusionistas y los poderes ocultos de la mente (Alex Stone, 2011).
- Audience Involvement (Eugene Burger, 1983)
