Un festival con luces y sombras, me comentaron asistentes veteranos que había sido un año “raro”. No voy a hacer una crónica ni entrar en valoraciones, me quedo con lo bueno: lo que he aprendido (he tenido que anotar tantas buenas ideas), la gente a la que he visto actuar, con la que he podido charlar un rato, el excelente surtido de productos de la tienda colaboradora (con cosas que llevan meses agotadas) y el buen rollo y educación en general de los asistentes.
Sobre los artistas, con Rubiales me encerraría una semana sin decir una palabra, solo escuchándole y aprendiendo; con Carratalá intercambiaría ideas, conceptos y trabajo, creo que tenemos la misma visión sobre la magia; y con Javi Benítez compartiría piso y me lo pasaría de maravilla.
Como conclusión general: de las cartas también se sale.